Descubre cómo la psicología, la economía, la sociología y otras disciplinas pueden optimizar la toma de decisiones, mejorar la productividad y fomentar la inclusión en las organizaciones.

En los últimos años, las ciencias del comportamiento han ganado una gran popularidad. Su capacidad para explicar nuestras acciones y sus innumerables aplicaciones prácticas han motivado que las empresas e instituciones las incorporen en sus estrategias, equipos y proyectos.
Actualmente, grandes compañías como Google, Netflix y BBVA emplean las ciencias del comportamiento para mejorar la experiencia de usuario y alcanzar sus objetivos de negocio. Por su parte, gobiernos de todo el mundo recurren a ellas para impulsar políticas públicas relacionadas con la sanidad, la economía y la gestión de emergencias.
1. ¿Qué son exactamente las ciencias del comportamiento?
Las ciencias del comportamiento son el conjunto de disciplinas que estudian la manera que los seres humanos tenemos de actuar y de relacionarnos con el entorno físico y social. Gracias a la experimentación rigurosa y sistemática, nos permiten intervenir sobre el mundo para ayudar a que las personas y las organizaciones alcancen sus metas.
Si tuviéramos que definirlas en una sola frase, podríamos decir que las ciencias del comportamiento son las ciencias humanas y sociales aplicadas a los procesos de toma de decisiones.
La psicología, la sociología, la economía, la neurociencia, la genética, la antropología… son algunas de las ciencias del comportamiento más conocidas. Cada una de ellas aporta su grano de arena a la comprensión integral de la conducta humana.
La popularización de las ciencias del comportamiento a la que hemos asistido las últimas décadas nos ha permitido superar la vieja concepción del ser humano enteramente racional (el homo economicus) y adoptar una perspectiva mucho más amplia que integra nuestros aspectos más emocionales y menos reflexivos.
Grandes autores como Herbert Simon, Daniel Kahneman o Richard Thaler han conseguido que nos comprendamos un poquito mejor y que desarrollemos estrategias útiles para lidiar con nuestra irracionalidad y nuestra torpeza cotidiana.
2. Las ciencias del comportamiento en las empresas e instituciones
¿A qué se dedica la organización para la que trabajas? No importa si es pública o privada. Tampoco si ofrece productos o servicios. Se dedique a lo que se dedique, su éxito depende de que sus clientes o usuarios se comporten de una cierta manera.
Tu organización, como todas, se dedica a promover comportamientos.
Ahora bien, ¿cuántos profesionales de las ciencias del comportamiento hay en tu organización? ¿Cuántos psicólogos, sociólogos, economistas, neurocientíficos… trabajan para ofrecer a tus clientes o usuarios una experiencia satisfactoria que los motive a actuar? Es posible que la respuesta sea “muy pocos”.
A continuación, te ofrecemos muy buenas razones para incorporar en tu organización profesionales de las diferentes ramas de las ciencias del comportamiento.
3. La psicología: ¿qué motiva a los seres humanos?
La psicología estudia los procesos mentales y el comportamiento humano, así como la percepción, la cognición, la emoción y la motivación. En el contexto organizacional, la psicología ayuda a comprender cómo los individuos interactúan entre sí y con su entorno laboral, proporcionando herramientas para mejorar la satisfacción y el rendimiento.
4. La economía: el comportamiento del mercado
La economía analiza cómo las personas y las organizaciones toman decisiones en un entorno de recursos escasos. La economía del comportamiento —la disciplina que revolucionó las ciencias del comportamiento al desafiar las nociones tradicionales de racionalidad— investiga cómo los factores psicológicos y sociales influyen en las decisiones económicas. Nadie —tampoco tus clientes o usuarios— adopta decisiones económicas en el vacío. Por ese motivo, las organizaciones deberían tener muy en cuenta las motivaciones de las personas y los contextos en los que se encuentran.
5. La sociología: cómo actuamos en grupo
La sociología investiga las estructuras, relaciones e instituciones sociales. Ofrece, por tanto, una perspectiva amplia sobre las dinámicas de los grupos, la cultura corporativa y las redes sociales dentro de las empresas e instituciones, ayudando a identificar patrones que afectan a la cohesión, la satisfacción y la eficiencia.
6. La antropología: la cultura es la clave del éxito
La antropología estudia las culturas humanas y sus desarrollos y variaciones a lo largo del tiempo. Esta disciplina es perfecta para una comprensión de las prácticas culturales y los ‘rituales’ que influyen en el comportamiento de los empleados, facilitando la gestión de la diversidad y la adaptación al cambio.
7. La neurociencia: el papel del cerebro en la toma de decisiones
La neurociencia explora el funcionamiento del cerebro y su impacto en el comportamiento humano. El conocimiento sobre los mecanismos neuronales de la motivación, el aprendizaje y la toma de decisiones puede mejorar, entre muchas otras cosas, la efectividad de los programas de liderazgo y desarrollo de talento.
8. La genética: la biología del comportamiento
La genética investiga la influencia de los genes en el comportamiento humano. La genética conductual indaga en la interacción entre factores genéticos y ambientales y en cómo afecta a la personalidad, la inteligencia y otros rasgos. Una adecuada comprensión de la genética conductual nos puede ayudar a detectar las barreras a las que se enfrentan algunas personas (por ejemplo, con TDAH) y a ofrecerles soluciones adaptadas a sus necesidades.
9. La filosofía: la ética de las ciencias del comportamiento
La filosofía se encarga de analizar los aspectos fundamentales de la existencia, el conocimiento y la moral. En el contexto empresarial, la filosofía ayuda a desarrollar marcos éticos para la toma de decisiones y a diseñar políticas organizacionales que promuevan la justicia y la responsabilidad social.
10. La aplicación integral de las ciencias del comportamiento
Como hemos visto, las ciencias del comportamiento aportan mucho valor a las organizaciones. Las pequeñas intervenciones conductuales, que, a menudo, adoptan la forma de un nudge o pequeño empujón, pueden mejorar la productividad, incrementar la motivación y favorecer la cohesión de los equipos.
Google ilustra a la perfección nuestras palabras. La empresa diseña los espacios para minimizar las distracciones y gestionar adecuadamente las pausas, promoviendo que los trabajadores se sumerjan en sus tareas de manera espontánea y satisfactoria. Tiene la capacidad de hacerlo porque comprende los principios psicológicos que conducen al estado de flow, descrito por el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi.
Además, es importante subrayar que las ciencias del comportamiento también nos ayudan a detectar los sesgos que perjudican a grupos de personas, como, por ejemplo, las mujeres. Por desgracia, los prejuicios y normas sociales provocan que las mujeres apenas ocupen puestos de alta responsabilidad. Implementar pequeñas medidas que cuentan con evidencia experimental —como los currículos ciegos— puede contribuir a reducir esta nociva brecha de género.
Ahora bien, para que las ciencias del comportamiento sean plenamente eficaces en una organización, es fundamental que se incorporen de manera integral en todos sus equipos, procesos y proyectos. Por supuesto, realizar intervenciones conductuales de manera puntual puede ser provechoso, pero si no se llevan a cabo de manera sistemática, se desperdiciará gran parte de su potencial, vinculado al escalado de los éxitos y a la prevención de los fracasos. Por esa razón, en BeWay trabajamos con nuestros clientes para convertirlos en organizaciones conductuales, esto es, en organizaciones con una perspectiva conductual.
Conclusión
Como se desprende de estas líneas, las ciencias del comportamiento son mucho más que un conjunto de teorías. Son una valiosísima caja de herramientas que nos permite transformar a las organizaciones y multiplicar su impacto en la sociedad.
En el futuro, el éxito de las empresas e instituciones dependerá de su capacidad para entender cómo las personas piensan, sienten y se comportan.
Aprovecha la oportunidad y súmate a la construcción de organizaciones que sean mucho más empáticas y humanas.
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